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CARTAS

ABRIGO ROJO

LAS ZARZAS

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EL GLADIADOR






sábado, 4 de julio de 2015

EL COÑO DE LA BERNARDA





EL COÑO DE LA BERNARDA

«Como cuerpos privados de sepultura los hombres se pasean por el jardín de mi mirada».

-Louis Aragón-




Remedios Varo,
Apártalos que voy de paso, 1959.
Lápiz sobre papel



¡Oh, Poesía!
¿cómo podría hablar de ti
cuando los hombres acaben conmigo?

Yo tenía en mis nervios el flujo de tu semen,
yo tenía en mi saliva
la vibración de tu faringe,
yo tenía en mi oído
el frío abrasador de tu estertor.

Yo me dejaba acariciar por terrenos inhóspitos
de siglas delirantes
en las que aquel pez volador de cabezas
repetía tu nombre y tu nombre y tu nombre
¡gen de locos
invocando tu incendio!

Y te llamaba,
te despertaba,
te desenmortecía
y tú con solemne sopor de grilletes
¡voz de tuerca!
me colmabas con flores
adoradoras de tu abismo.

¡Oh Poesía!
¿yo lo he borrado todo?
¿no tengo una palabra para mí?

Estas eternas veleidades de mi alma
tan sólo puedo organizarlas en tus laberintos,
amo y aborrezco tus exigencias
y poseo un collar en el que reza
la máscara
de toda tu atrocidad.

Una corona soy,
un sol inquisitivo,
mis guitarras no atienden las notas que tú me quieres dar,
entro y paseo a menudo
por funerales verdes,
entro y saqueo a menudo
con un sombrero azul
y en mi cabeza de mutilada
hay una muerte violeta
amarillo dolor
que no soporta ver
tus ojos invisibles.

A lo largo de la cabeza que habito
y en mí
mutilada
siento mi corazón
que ama y se pudre.

Estoy torcida como una cuerda del más allá,
estoy entre tus células que pulsan,
estoy en tu silencio creado para mí
y en el rayón corinto de mi cuaderno
en el que pintan los mendigos.

Corto y dibujo mi falda,
corto y dibujo mi carmín,
corto y encuentro tus caminos cenicientos
y subo a los coches envilecida por la tristeza
de un ser artificial,
hay farolas también en mi corazón
y un bar en el que entablo comercio carnal con el verdugo
que dulcemente
introduce su lengua en mis boca.

¡Oh, tú, Poesía!
tengo mansiones,
automóviles,
carros de paralíticos vestidos con mármol,
islas,
árboles,
cisnes con torres en los grifos
y esta carne quemada
es todo lo que me queda de tu proposición.

¡Oh, infeliz!
inquisidora de brazos de atrofia,

aspa molino vino tinto

que me arroja desde su viento.

Ahora siento este frío invertido y escribo del revés
mientras que tus mendigos sobornan mi cuello
con una cuerda que enredan tus cabellos

en la que voy con siete manos
de las que salen siete dedos
con los que borro y escribo
toda tu eternidad y tu miseria.







Pilar García Puerta 15-05-04






Publicado en:
ORDENANDO MIS LIBROS (MUTARI IN ALITEM)
el 30 de abril de 2014








miércoles, 30 de abril de 2014

HASTA QUERER PERDERSE





HASTA QUERER PERDERSE






foto, 29 de diciembre de 2009






Qué me importa la cálida lluvia
si no fuera
porque insiste
sobre el contorno indiferente de las cosas,
que de otro modo, no podría nombrar.
Si no fuera
por ese sonido continuo de tacto insobornable
que cae, delicadamente, mirando hacia otro lado
y sin embargo deja las cosas tan desnudas,
tan dentro de sí desamparadas,
todas las cosas.
El desolado mundo que sufre en su destino
su destierro, y la noche, como yo,
que insiste únicamente para poder nombrar
el encuentro en el barro,
que vive pendiente nada más de rescatar,
entre las láminas de luz los átomos
que ardieron en caricias
y el discontinuo golpe en el frío,
un perderse continuo entre los ecos,
porque al final, no quedará constancia de la voz,
de los ojos que brillaron con fragor en la apariencia,
del mediodía que al final
ya no soporta más tantas agujas al pleno corazón,
en pleno predominio de tanta realidad,
de tan querer nombrarlo todo,
que hasta lo más perdido parece estar aquí
testimoniando nuestra vida.
Qué me importan a mí el orden infalible
del día y de la noche, si en la mitad del sueño,
un huracán puede asolar desde las ondas más remotas
cualquier país amado a cal y canto,
y aunque cultivo y veo oscuridad
y deambulo sonámbula en la sombra
es arbitrario su color de pintura desgastada,
efímero su olor a tiempo.
Estoy aquí tan sólo
para rasgar el nombre de las cosas,
abrir las manos con los ojos cerrados,
completamente a ciegas.
Si me sirve la lluvia,
es por este calor, al fin impenetrable
de la vida,
desubicada forma,
que lo resume todo.














viernes, 25 de abril de 2014

¿Qué Sucede?




¿Qué Sucede?
















Tan sólo esa palabra.
Detonante.
Una palabra atlántica
como una luz inconmensurable arrastrando los ojos,


una semilla besándose en la pólvora,
un disparo y sus labios.


¡No me hables atado a la teoría,
no me digas que te surgió como un azar,
no me extravíes en redes y agua ni estalles en partículas,
ahora que todo es polvo,
túnel,
infinito sonido!
¡No vengas
–venerable y trivial-
a perderme entre cuerdas!
¡No te parezcas al tiempo confundido!
¡No te vayas,
ahora que todos los gritos tienen dolor de selva
y son verdes
y mienten!


¿Tenías la palabra en ese espejo
en el que te lavabas después de haber besado mucho?
¿La cuidabas para que fuera un himno que te representara?
¿La maldecías, la echabas de tu voz
y ella volvía enamorada,
frenética,
temblando?
¿Acaso la ofrecías, súbitamente,
como un escudo?
¡La habrás inferido aquel sonido de corazones!
¡La habrás pronunciado para ausentarte
y volver con ella luego incendiándolo todo!
Ahora,
desde toda la noche,
la noche por doquier,
desde este infinito de fosforescencias
la recuerdo
invidente.


Tiene los ojos del vino,
la sonrisa
del condenado a muerte,
hace un nudo en la niebla que me atraviesa
y no me oyes.


¡Explícame,
dime qué consonante te repite,
desde dónde me llamas!
¡Dime quién te sujeta
sin tan siquiera darte un nombre,
sin ponerte una grieta ni un ala,
sin rozarte,
sin poder otra cosa
que involucrarme con tu voz,
que desplomarse sobre mí como un tiro
e invadir a preguntas el acto!


Tan sólo una palabra
atlántica y brutal
llamándome como un útero
desquiciado por el perfume de las lilas.










Pilar García Puerta 











Lágrima Caliza

.


Lágrima Caliza



Photobucket





Es como una broma,
no necesito lagos,
en un papel
puedo traer el gesto de los gritos,
de todas formas necesito la mano.
Escribiré sobre una pared,
la voz dirá,
la mentira dirá.

Escribiré que puedo abrir la puerta,
que puedo abrir la,
que puedo la.



papel Pictures, Images and Photos




Cualquier día, sentada en un renglón,
llegarán hasta mí las palabras omitidas con sus actos secretos,
ya voy a recordar los pies ascendiendo al cadalso,
ya voy a recordar...
verdaderamente he amado la ingravidez del coral,
he amado tus muslos y su fulgor violento,
he devorado tu ausencia como un fiero animal.
He vendido,
traficado,
codiciado,
he permanecido,
he ignorado... he cerrado los puños.
He escrito en tu delgadez
a cerca de las arañas.


CARACOL


Ahora es una mano serpiente,
una algo que se arrastra con la piel en los ojos,
se aferra al golpe que da tu nombre
mientras cae por el espacio.

El espacio, que no es más que un agujero interminable
abierto bajo la alfombra.

Te veo ahora allí tendido en la cima de la tortura,
en la invencible separación...
necesito que el aire se escriba en una frase,
remediar el aspecto envenenado del rostro
en la pureza de un espejo:

¡Repite,
escribe todavía,
no he terminado de escuchar, todo ha sido una prueba!
quiero traer
aquel día en el que era imposible golpear contra un montón de humo,
el frente era un tablero perseguido
por una casa.



Photobucket



Y me alzo deliberadamente contra el tiempo,
deliberadamente contra todo lo que se mueve en mi mano,
que ahora,
desencajada y libre,
recoge del suelo
la ropa que dejaste caída.


En el margen,
escribe
papel arrugado Pictures, Images and Photosla mano
un vocablo
oscuro
como un aullido.
















.

jueves, 24 de abril de 2014

LO NUEVO





LO NUEVO










      Mundos que todavía no han sido, pero otro mundo no hay, él, verdadero, interrumpido y poderoso. La irreverencia de lo desconocido me confinó en una implacable desolación, y no tuve otro remedio que transformarme en él. Lo conocido se desmoronaba ante mí y el olor de lo nuevo se fundía, para siempre, con la insondable distancia, dejándome seducida, camino del olvido.

Comenzó en el pasillo. Y así recuerdo mi deslumbrante desamparo transparentándose sobre las cuatro paredes desde el vacío de Madrid. Las nuevas, gigantescas ventanas campo a través… por la mañana.

Pero de noche hervía la luz. De noche había ascendido flama a la oscuridad, en otro sitio, y se posaba en mi cama dando lugar a fantasmagóricas ensoñaciones a mitad de camino entre el miedo y la necesidad. Y allí de noche no era el allí a la mañana, una sola mañana que contenía el trayecto desde el pasillo hasta hoy. Trozos, fragmentos, pedacitos que vienen y no se acaban de quedar. ¿Y para qué vienen? Caras reales con gestos limítrofes, articulaciones extrañas familiarmente amenazantes. Ademanes, palabras, gestos asombrosamente distintos a través de los cuáles se me iban desvelando los pensamientos de las personas, aquella forma de ser incomparablemente absoluta. Por mis ojos arrebatados de vacío entraban los más pequeños detalles, infinitesimales arrugas donde cualquier sonido que fuese capaz de salir de una garganta, la erigiría como la portadora de una mina de espejos.




















sábado, 16 de noviembre de 2013

El Color Dominante



El Color Dominante



Más allá del cuerpo
donde todo es.


Y sin embargo,
cómo fue sucumbiendo el alba envenenada,
la inteligencia disecada,
el dolor fulminante,
cómo se fue acordonando la misericordia
como si hubiese sido palabra.


Cómo se puso ebrio y espectral
el terror, el temor, el amor...
cómo se recogieron los cabellos
titubeantes en la tinta,
cómo se fue gestando, petrificado
y más allá, más allá...
tu imagen y semejanza.


Cómo, de qué fulgura tu materia
(quién)
la lengua requisada (medida)
la lengua aprisionada (vigilada)
la lengua no,
la lengua sin sol (sin lengua)
la lengua atragantada,
heraldos en los tímpanos.


Tigres en el papel.
Tigres en las ventanas.
Tigres en el hambre


palpando, indagando, auscultando,


vueltas de rosca en el bolígrafo,
sopor de incienso en la memoria
cabal y táctica.


Tigres y heraldos y corazas ordenando las letras.


Tiro a degüello, almacén de gallinas, silencio gelatina,
golpes de hachas en las firmas,
la rúbrica escaneada en las corrientes plurales

y las fotografías amontonadas
en los cementerios de reciclaje.


Tigres en el papel y en las ventanas.
Tigres en el café y en el gen.
Tigres y plásticos


palpando, indagando, auscultando,


la humanidad
clausurada.


Alguien está perdiendo expresividad.
Alguien está perdiendo claridad.
Alguien no lee en los libros de los esclavos.
Alguien retira las campanas.
Alguien maneja un lenguaje inexistente.






* Pilar García Puerta *






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