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CARTAS

ABRIGO ROJO

LAS ZARZAS

LARGO VIAJE

















EL GLADIADOR






miércoles, 30 de abril de 2014

HASTA QUERER PERDERSE





HASTA QUERER PERDERSE






foto, 29 de diciembre de 2009






Qué me importa la cálida lluvia
si no fuera
porque insiste
sobre el contorno indiferente de las cosas,
que de otro modo, no podría nombrar.
Si no fuera
por ese sonido continuo de tacto insobornable
que cae, delicadamente, mirando hacia otro lado
y sin embargo deja las cosas tan desnudas,
tan dentro de sí desamparadas,
todas las cosas.
El desolado mundo que sufre en su destino
su destierro, y la noche, como yo,
que insiste únicamente para poder nombrar
el encuentro en el barro,
que vive pendiente nada más de rescatar,
entre las láminas de luz los átomos
que ardieron en caricias
y el discontinuo golpe en el frío,
un perderse continuo entre los ecos,
porque al final, no quedará constancia de la voz,
de los ojos que brillaron con fragor en la apariencia,
del mediodía que al final
ya no soporta más tantas agujas al pleno corazón,
en pleno predominio de tanta realidad,
de tan querer nombrarlo todo,
que hasta lo más perdido parece estar aquí
testimoniando nuestra vida.
Qué me importan a mí el orden infalible
del día y de la noche, si en la mitad del sueño,
un huracán puede asolar desde las ondas más remotas
cualquier país amado a cal y canto,
y aunque cultivo y veo oscuridad
y deambulo sonámbula en la sombra
es arbitrario su color de pintura desgastada,
efímero su olor a tiempo.
Estoy aquí tan sólo
para rasgar el nombre de las cosas,
abrir las manos con los ojos cerrados,
completamente a ciegas.
Si me sirve la lluvia,
es por este calor, al fin impenetrable
de la vida,
desubicada forma,
que lo resume todo.














viernes, 25 de abril de 2014

¿Qué Sucede?




¿Qué Sucede?
















Tan sólo esa palabra.
Detonante.
Una palabra atlántica
como una luz inconmensurable arrastrando los ojos,


una semilla besándose en la pólvora,
un disparo y sus labios.


¡No me hables atado a la teoría,
no me digas que te surgió como un azar,
no me extravíes en redes y agua ni estalles en partículas,
ahora que todo es polvo,
túnel,
infinito sonido!
¡No vengas
–venerable y trivial-
a perderme entre cuerdas!
¡No te parezcas al tiempo confundido!
¡No te vayas,
ahora que todos los gritos tienen dolor de selva
y son verdes
y mienten!


¿Tenías la palabra en ese espejo
en el que te lavabas después de haber besado mucho?
¿La cuidabas para que fuera un himno que te representara?
¿La maldecías, la echabas de tu voz
y ella volvía enamorada,
frenética,
temblando?
¿Acaso la ofrecías, súbitamente,
como un escudo?
¡La habrás inferido aquel sonido de corazones!
¡La habrás pronunciado para ausentarte
y volver con ella luego incendiándolo todo!
Ahora,
desde toda la noche,
la noche por doquier,
desde este infinito de fosforescencias
la recuerdo
invidente.


Tiene los ojos del vino,
la sonrisa
del condenado a muerte,
hace un nudo en la niebla que me atraviesa
y no me oyes.


¡Explícame,
dime qué consonante te repite,
desde dónde me llamas!
¡Dime quién te sujeta
sin tan siquiera darte un nombre,
sin ponerte una grieta ni un ala,
sin rozarte,
sin poder otra cosa
que involucrarme con tu voz,
que desplomarse sobre mí como un tiro
e invadir a preguntas el acto!


Tan sólo una palabra
atlántica y brutal
llamándome como un útero
desquiciado por el perfume de las lilas.










Pilar García Puerta 











Lágrima Caliza

.


Lágrima Caliza



Photobucket





Es como una broma,
no necesito lagos,
en un papel
puedo traer el gesto de los gritos,
de todas formas necesito la mano.
Escribiré sobre una pared,
la voz dirá,
la mentira dirá.

Escribiré que puedo abrir la puerta,
que puedo abrir la,
que puedo la.



papel Pictures, Images and Photos




Cualquier día, sentada en un renglón,
llegarán hasta mí las palabras omitidas con sus actos secretos,
ya voy a recordar los pies ascendiendo al cadalso,
ya voy a recordar...
verdaderamente he amado la ingravidez del coral,
he amado tus muslos y su fulgor violento,
he devorado tu ausencia como un fiero animal.
He vendido,
traficado,
codiciado,
he permanecido,
he ignorado... he cerrado los puños.
He escrito en tu delgadez
a cerca de las arañas.


CARACOL


Ahora es una mano serpiente,
una algo que se arrastra con la piel en los ojos,
se aferra al golpe que da tu nombre
mientras cae por el espacio.

El espacio, que no es más que un agujero interminable
abierto bajo la alfombra.

Te veo ahora allí tendido en la cima de la tortura,
en la invencible separación...
necesito que el aire se escriba en una frase,
remediar el aspecto envenenado del rostro
en la pureza de un espejo:

¡Repite,
escribe todavía,
no he terminado de escuchar, todo ha sido una prueba!
quiero traer
aquel día en el que era imposible golpear contra un montón de humo,
el frente era un tablero perseguido
por una casa.



Photobucket



Y me alzo deliberadamente contra el tiempo,
deliberadamente contra todo lo que se mueve en mi mano,
que ahora,
desencajada y libre,
recoge del suelo
la ropa que dejaste caída.


En el margen,
escribe
papel arrugado Pictures, Images and Photosla mano
un vocablo
oscuro
como un aullido.
















.

jueves, 24 de abril de 2014

LO NUEVO





LO NUEVO










      Mundos que todavía no han sido, pero otro mundo no hay, él, verdadero, interrumpido y poderoso. La irreverencia de lo desconocido me confinó en una implacable desolación, y no tuve otro remedio que transformarme en él. Lo conocido se desmoronaba ante mí y el olor de lo nuevo se fundía, para siempre, con la insondable distancia, dejándome seducida, camino del olvido.

Comenzó en el pasillo. Y así recuerdo mi deslumbrante desamparo transparentándose sobre las cuatro paredes desde el vacío de Madrid. Las nuevas, gigantescas ventanas campo a través… por la mañana.

Pero de noche hervía la luz. De noche había ascendido flama a la oscuridad, en otro sitio, y se posaba en mi cama dando lugar a fantasmagóricas ensoñaciones a mitad de camino entre el miedo y la necesidad. Y allí de noche no era el allí a la mañana, una sola mañana que contenía el trayecto desde el pasillo hasta hoy. Trozos, fragmentos, pedacitos que vienen y no se acaban de quedar. ¿Y para qué vienen? Caras reales con gestos limítrofes, articulaciones extrañas familiarmente amenazantes. Ademanes, palabras, gestos asombrosamente distintos a través de los cuáles se me iban desvelando los pensamientos de las personas, aquella forma de ser incomparablemente absoluta. Por mis ojos arrebatados de vacío entraban los más pequeños detalles, infinitesimales arrugas donde cualquier sonido que fuese capaz de salir de una garganta, la erigiría como la portadora de una mina de espejos.




















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